Guía de supervivencia: La guagua

Arceus bien sabe que he cogido la guagua (bus) muchas veces en mi vida. También sabe que seguiré cogiéndola durante muchos años más. (Tardaré media vida en sacarme el carné) Por eso me un día se me apareció en sueños y me dio algunas claves para mejorar el asunto.

A continuación comienzo una nueva sección para ayudar a esos pobres incautos a sobrevivir en esta inmensa jungla llamada vida.

Para empezar hay que aclarar una serie de reglas a la hora de elegir sitio. Te has subido a la guagua, has pagado un dineral por un viaje de 10 minutos y te dispones a sentarte. DÓNDE? Es la gran pregunta. Al lado de la vieja que no para de hablar con el chofer? NO. Al lado de la cuadrilla de trabajadores que acaban de salir de trabajar 8 horas en un invernadero? NO. Al lado de un coyo que tiene puesto regueton en el móvil? POR FAVOR, NO!

En ese corto instante de tiempo en el que tienes que decidir antes de que la guagua se ponga en marcha tienes que pensar rápido. Busca siempre huecos libres, a poder ser con asientos libres delante, detrás a los lados. Es por tu comodidad.

La regla fundamental para sobrevivir en la guagua es la regla llamada “Egoismo”.

Se basa en buscar ese ansiado par de asientos libres y cuando lo hayas hecho, y aunque el paisaje sea mas bonito que una postal de navidad photoshopeada, siéntate por el lado del pasillo. De esta forma más gente tendrá reparo en sentarse al lado tuyo y consecuentemente más posibilidades de un viaje tranquilo donde poder jalarte los mocos a gusto por no tener un clinex.

Para reforzar la regla “Egoismo” puedes hacer uso de ciertos recursos que compartiré: una táctica muy útil es la de poner montones de cosas esparcidas en el sillón de al lado. Puedes poner la mochila, la capeta, el paraguas, un castillo de naipes, etc. Lo que sea que puedas ayudarte a espantar al posible plasta que necesite un asiento.

Como siempre en esta vida existen personas (cabrones) que te tocan el hombro y te piden pasar al asiento de la ventanilla aun habiendo montana una tienda de campaña con barbacoa en ella. Y es que hay gente odiosa. No te preocupes llevo muchos años en esto. De hecho gracias a todo lo que he pagado en guaguas han podido renovar la 01 dos veces.

Llega una técnica arriesgadísima y vergonzosa que solo lo más temerarios la usan: Hazte el dormido.

Pongámonos en situación.

Nos hemos sentado por la parte del pasillo, hemos esparcido todas nuestras pertenencias en el asiento de al lado haciéndolo parecen una dote gitana. Y encima estás haciéndote el dormido. Si después de todo esto siguen pidiendo sentarse a tu lado puede ser porque: O desprendes feromonas muy potentes o estás tan bueno como yo.

Y aunque parezca mentira existen individuos que viéndote “dormido” te tocan en el hombro para despertarte.

Ante esto hay dos opciones: La primera opción es la más fácil, matar. Y la segunda no sé cuál es.